Bernardo Navarrete expuso en talleres que impulsó en las municipalidades de Puente Alto y Peñalolén, donde abordó los problemas de corrupción y captura por redes criminales de la principal ventanilla de atención del Estado: los municipios.
Estos conversatorios forman parte de un plan de trabajo para el 2024 que el Presidente del Consejo para la Transparencia (CPLT) planea llevar adelante en la mayoría de las municipalidades del país con el fin de potenciar y robustecer la probidad y transparencia en su gestión.
En la ocasión, que contó con los alcaldes de las comunas German Codina y Carolina Leitao, respectivamente, el presidente del CPLT planteó que si bien las cifras sobre percepción internacional de Chile respecto de sus niveles de corrupción nos pone en lugares comparables a Dinamarca, Alemania y Suecia; ocurre todo lo contrario cuando se atiende a la percepción de los chilenos. “Esta brecha se manifiesta en que desde el año 2000, la corrupción ha escalado 10 puestos, posicionándose como uno de los principales problemas del país (quinto más prioritario)”, señaló Navarrete. Agregó que aquello se explica con los peaks de percepción de corrupción de los períodos 2016-17 y 2023, coincidiendo con los escándalos de financiamiento ilegal de campañas políticas y el denominado “caso convenios”, respectivamente.
En cuanto a percepción que existe de las municipalidades, el mandamás del ente rector de transparencia añadió que los ciudadanos sienten una gran desconfianza frente a estas instituciones, cercana al 70%. En esa línea, argumentó que en los últimos 3 años ha habido una caída significativa en la satisfacción y aprobación de su labor. “Este es un punto crítico entendiendo el diseño de prestación de servicios del modelo de gobierno local chileno”, dijo Bernardo Navarrete.
Por último, en la ponencia se propusieron algunas medidas para poder mitigar esta problemática. Una de ellas es avanzar en la implementación de códigos de ética en las municipalidades como herramientas de gestión de riesgo para prevenir y combatir el incumplimiento normativo. Navarrete argumentó que “las más de 50 comunas que han implementado estos códigos muestran un mejor desempeño en el diagnóstico de integridad y probidad de la SUBDERE 2022 que aquellas que no lo han hecho”.
Navarrete planteó, por último, que los códigos de ética son frágiles para abordar la corrupción y deben complementarse con un programa de compliance, esto es, en la práctica, un plan que asegura el cumplimiento de leyes y regulaciones estableciendo procedimientos específicos y mecanismos de control para prevenir y detectar conductas indebidas.
“Estas medidas son complementarias y esenciales en el ámbito público para promover la integridad y la responsabilidad”, cerró el Pdte. del CPLT.