En un debate sobre corrupción y democracia a la luz de los aprendizajes que deja la pandemia por Coronavirus, la presidenta del Consejo para la Transparencia (CPLT), Gloria de la Fuente, señaló esta mañana que los costos asociados a la corrupción son muy altos y que a su juicio lo “terminan pagando, en general, ciudadanas y ciudadanos, particularmente los más vulnerables, que necesitan mucho más del rol y del trabajo del Estado”.
En un seminario sobre los avances en este ámbito, en el que participó junto al Contralor General, Jorge Bermúdez, y a Patricio Silva, catedrático de la Universidad de Leiden, Holanda, la titular de transparencia afirmó que el “costo que tiene la corrupción, particularmente en países más pobres es muy complejo“ y “en el marco de la emergencia por Covid-19 “ha sido aún más complejo en la práctica, porque la movilización de recursos para poder paliar los efectos económicos y sociales y de la crisis sanitaria también, son muy altos y esto, en consecuencia, abre espacios para que existan fenómenos de corrupción”.
De la Fuente, agregó que desde el sector público es clave el trabajo mancomunado de los organismos con facultades en este ámbito, como ocurre con la Contraloría General de la República y el propio Consejo, relación que fue destacada por la titular del CPLT y por Bermúdez en el marco de la actividad: “Para nosotros la Contraloría es un gran aliado en esta lucha en este ecosistema contra la corrupción y en pro de la probidad y la transparencia”.
De la Fuente comentó también que en esta labor anticorrupción deben sumarse además “instrumentos más eficientes y eficaces”, refiriendo por ejemplo al fortalecimiento de herramientas que permiten ejercer control social y combatir la corrupción –como las de acceso a la información pública-. La presidenta del CPLT planteó en este sentido: “es clave dotar a los países y a la institucionalidad de órganos garantes” y “un ecosistema que debiera cumplir el rol de generar estos instrumentos en contextos en los que se hace más difícil ejercer control social”.
En la actividad se reflexionó también sobre el papel que debe jugar el mundo privado en este marco, dado que la crisis de desconfianza afecta a todas las instituciones, sin distinción. Al respecto De la Fuente comentó: “Desde el mundo privado claramente hay un rol que tiene que ver con la integridad y ética públicas insoslayable”. Y agregó que “Más allá de la legislación para combatir la corrupción, de tener instrumentos para ejercer el control social, es clave que asuma el rol que le corresponde en garantizar el comportamiento íntegro en situaciones dramáticas que deja la pandemia”.
La titular del Consejo explicó que actualmente el organismo que encabeza no cuenta con potestades para fiscalizar a privados y que el proyecto que moderniza la normativa, la denominada Ley de Transparencia 2.0 considera avanzar sólo en organizaciones de la sociedad civil. En este escenario, destacó un instrumento muy relevante para el CPLT, asociada con la misión de la entidad “la promoción del acceso a la información en general o de la transparencia como principio, como una cuestión que colabora en la confianza en general, en el mundo público y el privado, más aún en un contexto como el actual en que la desconfianza impera y, por lo tanto, hay buenas prácticas que tenemos y debemos promover”.
Detalló que el Consejo Directivo de la institución que encabeza en la práctica actúa en lo que han denominado “órbita de control”, definida en la interacción entre el mundo público y el privado –como ocurre por ejemplo en el caso de prestadores de servicios para el Servicio Nacional de Menores (SENAME)-. “Cuando hay una prestación que tiene que ver con la existencia y uso de recursos públicos, eso nos permite en el fondo ir y hacer extensible una solicitud de información”, destacó.
En este sentido, expuso algunos detalles de procesos de fiscalización impulsados por el CPLT en contexto de emergencia sanitaria, por ejemplo en el ámbito de las compras y contrataciones del sector salud –test rápidos o residencias sanitarias- demostrando que “se puede utilizar la solicitud de acceso a la información como instrumento para develar ciertas situaciones”, que pueden derivar en corrupción. En estos ámbitos, además, la politóloga afirmó que es vital en la relación de los privados con lo público para enfrentar la pandemia “tenemos que cuidar las finanzas públicas y propender a la transparencia y en eso hemos estado trabajando como Consejo”.
¿Qué hacer ante el populismo?
Entre otras materias se abordó también el fenómeno del populismo, que parecía –acorde a la intervención de la titular del CPLT: “nos damos cuenta que pasa en el siglo XXI y que toma nuevas características, con características de ellos y nosotros, de esta oposición entre los poderosos versus los no poderosos y es parte del discurso político hoy en día y digo, lamentablemente, porque eso horada las instituciones, que no media por las instituciones y horada aquella posibilidad y genera un flagelo para los sistemas políticos”.
Ante ello, la propuesta de la presidenta del Consejo para la Transparencia es fortalecer en particular a las instituciones que se dedican a la protección de derechos fundamentales e “instituciones que en la práctica intermedian la relación entre ciudadanos y Estado –como hacen los partidos políticos y otras instituciones-”. Lo anterior, subrayó, “porque en la práctica es lo único que tenemos, para defender los sistemas políticos en beneficio de las mayorías, pero con respeto a las minorías”.