• Estudio anual del Consejo para la Transparencia (CPLT) sobre percepción ciudadana de la corrupción, indagó de forma inédita en los niveles de tolerancia ante actitudes “winner” o de “ganador”, mostrando un amplio rechazo de los habitantes de la región ante estos comportamientos y una alta disposición a denunciarlos, por sobre el promedio nacional.
• A nivel regional los consultados tienen una percepción algo más crítica que el resto del país frente a la corrupción en entidades públicas (84% en Coquimbo versus 79% la media nacional). Prima un profundo rechazo a actos de corrupción en organismos del Estado y la disposición a denunciar es más alta que las cifras promedio a nivel país. En Coquimbo sólo un 17% no denunciaría si es testigo de irregularidades en entidades públicas.
Un rechazo transversal a conductas cotidianas consideradas como parte de la idiosincrasia del país que se vinculan al concepto de “winner” o “ganador”, mostró el X Estudio Nacional de Transparencia del Consejo para la Transparencia (CPLT) entre habitantes de la Región de Coquimbo, con 9 de cada 10 encuestados en promedio desaprueban este tipo de prácticas, por sobre el promedio nacional.
“A nivel regional se registran cifras que muestran niveles de intolerancia algo mayores que la media nacional y que otras zonas del norte, por lo que es posible decir que estamos avanzado en materia de un cambio cultural por el cual hemos trabajado por una década, desde que entró en vigencia la Ley de Transparencia, e identificamos que el chileno winner pierde terreno”, comentó el presidente del Consejo, Jorge Jaraquemada Roblero.
Este alto nivel de oposición entre los habitantes de la zona supera la media del país en algunas de las situaciones por las que fueron consultados sus habitantes. El sondeo estableció además que, a diferencia de lo que ocurre a nivel nacional y en otras regiones del norte, la aceptación ante este tipo de actitudes se reduce en casos como el no pago de la micro, el que es mucho más tolerado en Chile que en Coquimbo, donde es rechazo por 9 de cada 10 encuestados cuando a nivel país 8 de cada 10 personas consultadas lo rechazaron.
“Desde el Consejo creemos que es importante mostrar este tipo de prácticas, que apuntan a que el “winner” es ampliamente rechazado, y que en el caso de la región de Coquimbo la tolerancia es aún más baja que el promedio nacional, incluso en situaciones en que los perjudicados son terceros y no uno directamente”, dijo el representante del CPLT.
Lo anterior se aprecia en mayores niveles de rechazo ante el conocimiento de que alguien paga menos por un producto o servicio, donde 9 de cada 10 habitantes de la región manifiestan que les “parece mal”, versus los 8 de cada 10 encuestados a nivel nacional que manifestaron no tolerar esta práctica.
La caída de la tolerancia ante actitudes “ganadoras” se ve respaldada también por una alta predisposición de los habitantes de la región a denunciar, que en este caso muestran cifras por sobre la media nacional con diferencias de hasta 22 puntos porcentuales por sobre el promedio país, como fue en el caso de saber que alguien consigue un trabajo a través de un pituto. Ante esta situación, 7 de cada 10 habitantes de la región de Coquimbo denunciaría esta práctica de ser testigo de ella, versus 5 de cada 10 personas que lo harían, en promedio, en Chile.
“Es importante que la gente demuestre su oposición a comportamientos que nos perjudican como sociedad”, dijo el titular del CPLT. “Por ello es importante valorar a aquellos que están dispuestos a no dejar pasar situaciones como éstas, que no corresponden y no nos hacen bien en nuestra convivencia ni como sociedad”.
En relación a la tolerancia ante actitudes “winner” y diferencias entre grupos, las mujeres en la región se muestran algo más tolerantes que los hombres a este tipo de prácticas, al contrario de lo que ocurre en de acuerdo al promedio nacional. En particular si alguien no paga la micro o consigue un beneficio gracia a un “pituto”.
Percepción de la corrupción
La encuesta presencial en hogares del CPLT contempla una serie de materias vinculadas a transparencia y corrupción, y en esta última versión mostró que en promedio un 79% los chilenos y chilenas consideran a los organismos públicos “corruptos” o “muy corruptos”, percepción que se ha mantenido relativamente estable en las mediciones. Los habitantes de la región, en tanto, se muestran más críticos que la media nacional. En este caso un 84% de los consultados piensa que hay algún nivel de corrupción en entidades públicas.
Lo positivo es que a poco más de diez años de la entrada en vigencia de la Ley de Transparencia, Coquimbo tiene una visión optimista en términos de los avances registrados por políticas de transparencia, por encima de la media nacional. Un 75% de los encuestados manifestaron que hoy es más fácil que hace una década detectar la corrupción, superando ampliamente el 59% promedio que opina de la misma forma a nivel país.
Asimismo en Chile se identificó una baja tolerancia a la corrupción, sólo el 17% considera aceptable (siempre o a veces) entregar un regalo, dinero o favor a un funcionario público. A nivel regional los niveles de intolerancia aumentan, y sólo el 8% de los consultados considera aceptable este tipo de prácticas.
Sin embargo, la disposición personal a denunciar hechos de corrupción no es muy alta. A nivel nacional un 25% de los encuestados declaró que no daría a conocer irregularidades en el sector público y 28% en el sector privado. Lo que contrasta con el caso de Coquimbo, región en la que la tolerancia ante casos situaciones de corrupción es mucho menor que a nivel nacional. En la zona 8 de cada 10 encuestados dijo que develaría actos de este tipo, cifra que cae a 6 de cada 10 de acuerdo a la cifra promedio en Chile.
“En el pasado situaciones vinculadas a falta de transparencia y, derechamente, malas prácticas eran normales y en la actualidad son impensables. Tenemos que seguir trabajando para que la gente se sienta segura y hable sobre estos temas, colabore siendo un vigía y ejerciendo control sobre las autoridades. Esta es una forma de colaborar con cambios culturales más profundos, que nos permitan seguir avanzando en la eliminación de conductas que nos dañan como país y que debemos erradicar”, finalizó Jaraquemada.