- El Consejo para la Transparencia (CPLT) mostró en la última medición de su Estudio Nacional de Transparencia el incremento de la tolerancia frente a conductas de micro corrupción en comparación con 2018, en particular aquellas que perjudican al sistema -representado en empresas o instituciones- que son interpretadas como “pillerías”. La condena aumenta en casos en que la situación se entiende como un abuso hacia las personas.
- Estas tendencias apuntarían acorde al informe del CPLT, a una forma de igualar la cancha en una sociedad que se percibe como injusta e inequitativa.
Mayor tolerancia a las acciones de “pillería” o micro corrupción que puede protagonizar el que se salta la fila, que consigue algo por “pituto” o que paga de menos por un producto o servicio, entre otras, especialmente entre jóvenes y personas que no tienen posicionamiento político, evidenció el Estudio Nacional de Transparencia del Consejo para la Transparencia 2019. Asimismo, destacó un alza en la disposición de los encuestados a denunciar, en particular en los casos en que se cobra de más por un producto o servicio y que perjudica al denunciante directamente.
“Con la encuesta queremos evidenciar la conducta de los chilenos, vernos tal cual somos para poder enmendar malas prácticas y destacar las buenas. Lamentablemente, los datos de este año nos muestran que existe una mayor tolerancia, mayor permisividad hacia conductas de micro corrupción”, resumió el presidente del Consejo, Jorge Jaraquemada, los resultados de esta medición.
El estudio mostró que los chilenos aceptan más acciones prácticas individuales de “pillería” o micro corrupción con respecto al año anterior en general y que los niveles de tolerancia ante este tipo de acciones aumenta particularmente en el caso de situaciones en las que se percibe que el perjudicado es el “poderoso”, representado indistintamente por una empresa o una institución del Estado.
El sondeo, cuyo terreno se realizó previo al estallido social, dio luces de lo que venía, al reforzar la idea del descrédito y desconfianza de la gente hacia las instituciones según explicó el titular del CPLT. Jaraquemada subrayó que el aumento de la tolerancia a que alguien pague menos por un producto o servicio y una caída si a una persona le cobran por sobre el precio que corresponde, se entendería como una especie de “reparación” o una forma de igualar la cancha en una sociedad que se percibe como injusta e inequitativa.
Esta tendencia se ve reflejada en resultados como: “ver a alguien pagar menos de lo que corresponde por un producto/servicio”, con 7 de cada 10 chilenos que les parece mal, versus “cobrar de más por un producto o servicio” en cuyo caso 9 de cada 10 chilenos manifiesta su rechazo.
Otro hallazgo apunta a la caracterización de un chileno que se manifiesta más permisivo al enjuiciar las conductas de “pillería” o “winner” evaluadas. Se trata de personas que se declaran sin posicionamiento político, mayoritariamente hombres entre los 18 y 25 años y que cursaron sólo enseñanza básica.
Denuncio si me perjudica en lo personal
El presidente del Consejo subrayó el aumento de la disposición a denunciar de los encuestados. “Destacamos que existe una mayor disposición a la denuncia, lo que nos parece un buen indicio, sobre todo porque desde la política pública nuestro Consejo siempre ha promovido la idea de un sistema de denuncias anónimas que revelen hechos de corrupción”, afirmó el titular de Transparencia.
Esto queda evidenciado en resultados como el aumento de 6 de cada 10 personas a 7 de cada 10 que denunciaría “Cobrar de más por un producto o servicio”. También en el caso de estar frente a alguien que “consigue lo que quiere usando un “pituto”, que registró la misma alza de 6 de cada 10 a 7 de cada 10 encuestados a favor de la denuncia. Los jóvenes y los hombres son los que manifiestan más propensión a denunciar y también muestran más alta disposición aquellos que declararon tener posicionamiento político.
Sin embargo, el CPLT subrayó que -a diferencia de la encuesta anterior- se vio que esta tendencia es mayor en casos en que el hecho afecta al denunciante en lo personal y que, en caso, contrario, si la persona recibe un beneficio derivado del hecho tiende a no denunciar, lo que hablaría de un doble estándar que debe ser analizado y corregido.
Más y menos tolerantes ante la “pillería”
El estudio arrojó que los más tolerantes (porque en menor medida les parecen mal y denunciarían menos), es decir, son más permisivos para todas las conductas, son los jóvenes (18 a 25 años). Destaca que los adultos mayores (60 años o más) se asemejan a la opinión de los jóvenes, sin embargo, son levemente más intolerantes.
En tanto, los más críticos ante conductas de micro corrupción, porque les parecen mal y denunciarían en mayor medida, tienen entre 41 a 60 años, y la práctica que más rechazan es el uso del “pituto” (39%). Asimismo, personas que cursaron enseñanza media muestran mayor intolerancia a “cobrar de más por un productos o servicio” (43%).
El levantamiento de la información se realizó entre los días 15 de agosto y 6 de octubre de 2019 y consideró a 2.850 encuestas a mayores de 18 años de todo el territorio nacional.